El nombre de esta carta se llama «l’imprimeur» en francés. Se puede traducir como «el impresor» en español. Si nota algún error de traducción en este artículo, infórmenos a toda nuestra comunidad. Puedes dejar tu comentario en la parte inferior de esta página.
La impresora es un arcano ligado a los recuerdos, las emociones, la memoria y por lo tanto a nuestra psicología personal. Nuestro cerebro procede en 3 etapas como la impresora. El primero consiste en la codificación que nos permite registrar nueva información de nuestros 5 sentidos. Esta es una fase que depende del buen funcionamiento de la memoria. Podemos adquirir conocimientos a través del aprendizaje o a través de la experiencia. El aprendizaje se hace con un maestro, mientras que la experiencia tiene lugar en la escuela de la vida. Nuestro impresor graba sus adquisiciones en el papel con tinta. La tinta puede ser indeleble, borrable, secreta, transparente, dorada… Lo mismo ocurre con nuestro papel: Papel gofrado, papel brillante, papel secante, papel terciopelo… Todos estos matices hacen la unicidad y la singularidad de cada uno. La calidad de impresión depende de nuestra capacidad para imprimir correctamente. La velocidad es un concepto importante. Imprimir rápido es bueno. ¿Pero la calidad está ahí? Las herramientas de producción cambian la impresión. Si utiliza la última máquina láser o una prensa artesanal, el resultado será diferente. La herramienta de producción también está a nuestra imagen. Si somos sensibles al trabajo del artista, preferimos la pequeña cantidad y la calidad única del renderizado impreso. Otros prefieren la masificación y concentración de muchos documentos uniformes. Cada quien a sus propios gustos. Algunos imprimen rápido y otros no. La codificación es todo eso.
Luego viene, la segunda etapa de almacenamiento. El papel impreso debe ser almacenado en un lugar que nos permita encontrarlo fácilmente. Así, cuando imprimimos demasiado rápido, acumulamos demasiados documentos para tener tiempo de almacenarlo correctamente. Rápidamente se vuelve inmanejable y nos sentimos abrumados. Finalmente, viene el último paso, que es la recuperación de nuestros documentos impresos. Para poder restaurar una impresión, debemos encontrar su disposición. El famoso «memory lapse» proviene de la imposibilidad de localizar esta ubicación en nuestro taller. Para encontrar este recuerdo, debemos apelar a pistas, marcadores que nos permitan encontrar esta impresión.
Una expresión importante con respecto a nuestras emociones es “todo lo que no se expresa, se imprime”. Una vez que somos conscientes, la impresora se pone a trabajar y algunos eventos se graban en nosotros. El problema es que imprime sin moralidad. Imprime, porque ese es su trabajo. Solo transcribe nuestras emociones para clasificarlas.En lo que a él respecta, el impresor no tiene emociones. Como tal, no habla. Por lo tanto, la impresora es imparcial. ¡Actúa! Los eventos complicados se almacenarán como cualquier otro. En un taller, los malos artículos no tienen buena prensa. Y estos mismos artículos a veces saldrán durante crisis, conflictos o estímulos particulares relacionados con eventos pasados.
Imparcial
hechos
Recuerdos
Inconsciente
Acumulación
agotamiento
Cansado
Memoria
Ordenado
Velocidad
Malos recuerdos
Incapacidad
Amoral
sin juicio
Productividad